Santa Bárbara, Honduras.

Dentro y fuera de la cancha, Roger Espinoza demuestra que es una persona dispuesta a enfrentar cualquier desafío. El centrocampista hondureño, del Sporting Kansas City de la MLS, dejó la comodidad que le ofrece la ciudad que lo vio crecer, Denver, para enrolarse en un proyecto que traía en mente desde hace mucho tiempo: ayudar a su país.

El mundialista en Sudáfrica 2010 y Brasil 2014 se puso la camisa de la Fundación Unbound y se acercó a niños, jóvenes y familia a través de su historia de superación.

Esto para usted es como cumplir otro sueño

Claro. Son sentimientos que me llenan de mucha alegría. Siento que estoy aportando algo bueno y de eso se trata la vida. Me siento feliz.

¿Se ve al frente de una Fundación?

Ojalá que sí. No necesita tener mi nombre, pero debe ser algo positivo para la gente de Honduras.

¿Cómo quisiera que lo recordaran?

Como alguien que ha querido a su país, que ha luchado por el bienestar del fútbol hondureño.

¿Piensa en terminar su profesión de Periodismo?

Sí. Me he vuelto un poco haragán. Gracias a Dios se me dio la oportunidad de ir a la universidad en Estados Unidos y ser un profesional. No soy muy bueno para la escuela, pero siempre he sido una persona disciplinada, eso me ha ayudado mucho.

Tengo mucha presión para que termine. Con el fútbol no ha sido fácil, aunque no es excusa, pero un día de estos la voy a terminar.

¿Será periodista?

No necesariamente tengo que ser periodista. En Estados Unidos te piden que termines una carrera. El periodismo es una rama de las comunicaciones, pero siempre me ha gustado el fútbol y a eso puedo seguir ligado, ya sea dentro de un club.

Ha pensado en lo que se viene después del fútbol...

A veces sí. Me llena de miedo porque uno está acostumbrado al fútbol y esta vida es diferente. No es la realidad. El fútbol es un deporte y lo tomo en serio, pero no es el fin del mundo. Mi plan es seguir en el fútbol, ayudando.

Según escuché, no descarta la idea de jugar en Honduras...

La verdad es que no. Uno no sabe en dónde va a terminar. No sabía que iba a regresar a Honduras algún día, nunca dije ‘nunca’ y aquí estoy. El fútbol hondureño es bueno. Hemos ido a dos mundiales con muchos jugadores del ámbito hondureño.

Quizá solo Andy (Nájar), Ramón (Núñez) y yo crecimos afuera. Eso dice mucho, entonces por qué no voy a jugar aquí si es un buen fútbol, claro, tiene que mejorar.

Olimpia, Platense, Real España... ¿En qué equipo?

Soy Platense. Crecí apoyándolo, pero uno no sabe en dónde va a terminar en el fútbol. Me gustan los equipos en Honduras en donde se respetan el jugador y el directivo. Hay pocos, no voy a decir nombres. Sé que voy a llegar a un equipo así.

¿En dónde se ve Roger de aquí a tres años?

En tres años ¡uf! Estamos en un mundial. Espero estar en otro mundial. En el equipo del Kansas City, que es el que me ha dado la oportunidad de ser un jugador profesional. Tal vez con una familia porque no la tengo aún.

¿Qué le deja el 2015?

Fue un año muy difícil. Aprendí muchísimo. Se mejoró con esta visita a Honduras. Fue complicado con las lesiones, allí supe lo difícil que era una fractura.

¿Cuáles son sus objetivos para 2016?

Muchos. Seguir haciendo cosas buenas para la sociedad, ser bueno con mi familia, amigos y la prensa hondureña. Hacer cosas positivas.

¿Qué pediría a este nuevo año?

Mucha salud para mi y familia, que pare la violencia en Honduras y la paz mundial.

¿Vio los partidos contra México y Canadá?

Sí, me gustaron, aunque no se ganó se vio la entrega de Honduras en especial contra México. En Canadá es complicado ir a jugar de visita, yo he jugado esos partidos. No me gusta poner excusas, pero la Selección estaba bien contra México, hasta la lesión de Luis Garrido.

Creo que el partido se perdió allí. Honduras necesita mejorar, pero es parte de ese proceso porque tiene jugadores jóvenes que necesitan ganar experiencia.

En relación con el equipo que tuvo Reinaldo Rueda y Luis Suárez, ¿cree que le ha tocado la peor generación a Jorge Luis Pinto?

No, lo que pasa es que el fútbol cambia. La generación está bien. La gente habla de un cambio generacional, pero la que estuvo en 2014 fue la misma, todos estamos jóvenes. De los más viejos acá Maynor, Noel, Carlo. Emilio y yo tenemos la misma edad, Boniek es un poco mayor.

Lo que pasa es que nos han tocado momentos difíciles. Además, México y Canadá han mejorado. El fútbol se ha achicado.

Comparando en donde jugaban los legionarios hace tres años y donde lo hacen ahora, es un problema real que el hondureño salga a la Segunda División de otro país...

¿A Honduras cómo la cataloga con respeto a otras ligas de Segunda como Inglaterra? Al final, algunas segundas divisiones son muy buenas, para mí es mejor que el jugador hondureño salga a Segunda División. Hay que estar jugando. Hemos jugado contra equipos como México cuando todos sus jugadores están en Europa y le hemos ido a ganar al Azteca.

No hay que poner excusas sobre en qué equipos estamos. Ya en la Selección todo es diferente, uno se vuelve mejor jugador estando en la Selección.A medias ni las gracias, dice un refrán. En eso se ampara Roger para no estar en la Selección Nacional

Como usted lo dice, hay que estar allí al 100% y no lo estaba. No podía estar en la Copa Oro ni en la eliminatoria por una fractura. Sé que hay un microciclo, pero no estoy bien. Ojalá en enero o febrero estemos de nuevo con la Selección.

¿Temores?

Ninguno. Siempre he sido una persona positiva y eso me libra de los temores.

¿Cómo fue su reacción cuando le dieron la noticia de la muerte de Arnold Peralta?

Complicada. Estaba en un lugar donde había mucho tráfico, no podía salir porque hubo un accidente a pocas millas en donde había fallecido otra persona. Uno piensa que el mundo se le viene encima. Vino un muchacho a decirme: ‘acaban de matar a tu compañero’.

Sentí una tristeza muy grande porque uno se pregunta por qué pasan estas cosas en Honduras, siendo una persona que ha puesto en alto el nombre del país. Ahora toca honrar su nombre y trabajar para que esto no vuelva a pasar. Esto no puede seguir pasando con ningún futbolista o ser humano